miércoles, 28 de mayo de 2008

Mas qe una tierna experiencia...

Más que una tierna experiencia....

Camino a San Juan todo era expectativa, emoción y alegría...éramos 19 alumnos, 2 profesores, una ex alumna. Luego de un año duro, con piedras en el camino, de duras peleas con autoridades, peleando un deposito, con poco tiempo, pocas manos, pocas donaciones y pocas esperanzas. Sin embargo, logramos que uno de los más importantes objetivos de sea cumplido. El viaje, en difíciles condiciones, pero sin romper ese fuerte lazo que nos une con esas escuelas de frontera.El micro que llevaba a esas 22 personas camino a San Juan, no solo cargaba bolsos y cajas sino canciones, planes, juegos y excitación por conocer aquello por lo que habíamos peleado; 19 alumnos que tiraban ideas de juegos, obras de teatro y canciones. Cada uno tiraba sus ideas, sus opiniones.Ya llegamos a Malimán! POR FIN! Aplausos, chiflidos, gritos de emoción bajaban de la combi para encontrarse con 20 alumnitos, más los profesores de la escuela albergue Paso de los Andes en Malimán.Una hermosa canción abrió la puerta de una experiencia hermosa, allá en la pre-cordillera, saludos con dos besos que costaban mucho. El sólo acordarme hace que algo adentro mío se encienda. Los chicos, cada uno de ellos ha llegado a nosotros por distintas cosas, pero por igual nos entregaron calidez, diversión y sonrisas.Teníamos que esperar a que hagan la bendición en la mesa, lo recuerdo. Jajaja, nos moríamos de hambre, y más de uno metió la pata alguna vez. Además con los insultos, de ahí nació la palabra PEPINO.Además de la obra de teatro (que fue un desastre), las canciones (el gusanito, la casita, el pollo), que nos costo un montón en hacerlos jugar, siempre había uno que se nos escapaba (Juancitooo), las chicas más grandes que no querían saber nada jeje, la procesión, las canciones que cantamos en la iglesia, el mural, la murga la ultima noche, que sacamos a todos a bailar, Matías cantando; creo que si me olvido algo es por que Malimán en sí fue una experiencia que ya no se puede describir. Toda esta bellísima historia terminó con un abrazo caracol, que concluyó con una tristeza enorme, que nos llegó a TODOS, pero a la vez con una satisfacción de saber que a pesar del tiempo, estuvimos ahí y los conocimos, nos conectamos con algunos, charlamos con otros, siempre algo lindo, nunca tristezas, solo llantos de emoción que nos rebozaban los ojos con esas dulces lagrimas de las cortas despedidas, y de los futuros reencuentros.Chau, Malimán! Hasta la próxima! Hasta la próxima, muy cercana!Llantos y tristeza, pero teníamos que estar preparados. NOS ESPERABA HUACO!Luego de secarnos las lágrimas, de pasar por durísimos caminos y cornisas. Llegamos. Huaaacooo!!! que lindo!!! los chicos conocían solo a algunos y sin embargo sentí el abrazo y el calor de todos ellos. La escuela Cantoni era nuestro albergue. Luego de un durísimo día de jugar con los chicos, peleas (jajaja) discusiones, todos nos fuimos a acostar, nos esperaba un gran día en todas las escuelas. Algunos fuimos a Calcagno, otros a Buenaventura, y los demás se quedaron en Cantoni. Luego el hospital. Todo ese día, creo yo que cada uno sintió mucho, recibimos de cada escuela un pedacito de alegría y de contención, para ellos y para nosotros, de calidez y de amor. A la noche fiesta en Cantoni, bailamos, nos hicieron muchas obras, hicimos la murga (en Calcagno también lo hicimos, no llegamos a llevarla a Buenaventura) hasta no muy tarde si se fijan, los chicos tenían que ir al cole al día siguiente.La despedida fue un almuerzo en Buenaventura, un almuerzo con bailes, regalos y aplausos. Fue todo tan lindo ese día. Nuestra ultima tarde en los pagos de Huaco.No puedo describir lo que sintió cada uno al momento de volvernos, ni lo que nos pasaba por la cabeza. Los abrazos de los chicos, los dibujos, los teléfonos que iban y volvían, las lagrimas, los aplausos y nuestras canciones que entre otras se podía escuchar "ohh, vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver".Adiós Huaco, adiós San Juan, fue tan lindo estar ahí, fue tan linda esa semanita en vos. Gracias simplemente por las cosas que nos diste, ese aprendizaje que aunque no lo crean, nos lo llevamos además de dibujitos y cartitas de los chicos. Nos llevamos más que eso. Y a pesar de que en el micro estábamos todos tristísimos, no hubo más idea que una principal: el aferrarnos al proyecto, el comprometernos día a día para que esto lo vivan muchas personas más, el hacerles sentir a esas hermosas personas que estuvimos, estamos y vamos a estar SIEMPRE con ellos.SIEMPRE.No me queda más que agradecer a la gente de Malimán y a la gente de Huaco, pero más que nada a mis compañeros de delegación, por hacer este viaje uno de los más especiales y haber formado una relación hermosa, una amistad cuyo lazo de hierro sea una simple razón: MALIMÁN-HUACO.

Romina Arce
5°6ta

martes, 27 de mayo de 2008

Presentación

La Escuela Normal Superior N° 2 “Mariano Acosta” desarrolla desde hace 30 años un trabajo solidario de promoción humana a favor de pequeñas comunidades del noroeste sanjuanino.
Esta actividad, que es parte del proyecto institucional, tiene como destinatarios privilegiados a nuestros propios alumnos. En la Escuela Normal “Mariano Acosta” creemos que la solidaridad se aprende a través de vivencias fuertes y son éstas las que nos permitirán edificar una “nueva cultura solidaria” en esta trama social a la que se le ha “destejido” tanto de su trama original.
El aspecto que señalamos como esencial al proyecto está configurado por el trabajo de alumnos, ex alumnos, padres, docentes y colaboradores, en todas las instancias del desarrollo del proyecto.
Planificación, gestión de apoyos y donaciones, acciones de apoyo logística, puesta en marcha de cada Misión, trabajo y capacitación previa a cada viaje a esas comunidades, desarrollo de actividades en cada localidad visitada (pintura, refacción, actividades comunitarias y recreativas, relevamiento cultural, etcétera) hasta las crónicas e informes de cierre y evaluación.
No caben dudas que el proyecto a excedido largamente los objetivos iniciales, transformándose en una suerte de “destructor de moldes”. Cada previsión inicial queda muy lejos de las metas que se alcanzan cada año. Veintiocho generaciones de estudiantes han tenido la oportunidad de participar de esta experiencia de “aprender haciendo".